sábado, 26 de enero de 2013

RESEÑA DE "SAFARIS INOLVIDABLES" EN EL DIARIO DE CÓRDOBA (26/1/2013)



COMO LA VIDA MISMA
Ricardo Martínez 26/01/2013

Excursión para ver o fotografiar animales salvajes, efectuada en Africa o en otros territorios", tal es la descripción que podemos leer en el Diccionario de la lengua. Se transcribe así la segunda acepción de la palabra, y yo creo, como lector, que es la que mejor acomoda al contenido de este libro --donde animal podría entenderse también como humano para 'ver o fotografiar' sicológicamente, introspectivamente-- de, digamos, cuentos implícitos, historias posibles más extensas, revelaciones de un pensamiento instantáneo...
Y no por ello debe interpretarse que esta literatura es deliberadamente ingenua o arbitraria; creo que está llena de intención, de sugerencias, y le distingue una buena parte de un lenguaje cuidado y culto. También puede juzgarse como positivo una reiterada alusión culta. a la geografía, a los libros y sus protagonistas o sus autores (para este caso podemos señalar la alusión, tan carnal, a Genet).
El texto tiene toda la intención 'por alusiones', incluso de carácter introspectivo, pues creo que no es en vano, por ejemplo, ese relato titulado Hipocampo donde, luego de una descripción física verídica a propósito de los lagos Baikal y Tanganika, se vierte al final esa frase que tiene las funciones de espejo: "Debemos albergar en nuestro seno simas parecidas a estas, abismos que no se oxigenan, cubiertos de recuerdos inertes, inservibles, ateridos entre las rocas, recuerdos que son esqueletos con la inmovilidad polvorienta de un pecio".
Real como la vida misma. Más real, no obstante, diríase --o un contenido más consciente-- para aquel o aquella que, ¡ay!, ponía alguna hoja entre las páginas del libro para señalar no solo un fragmento escrito, sino un sentimiento. Ahora eso ya no se da, los tiempos son bien otros, y hasta sospecho que una cierta frialdad artificial en las junturas del texto va por ahí; no se trata, desde luego, de la frialdad natural, del desnudo que J.B. Priestley requería para ser entendido. ¿Tal vez una deuda que la literatura pueda estar contrayendo con la escritura directa en el ordenador?
'Safaris inolvidables'. Autor: Fernando Clemot. Edita: Menoscuarto. Palencia, 2012

martes, 22 de enero de 2013

MALLORCA DESDE VALLVIDRERA (BARCELONA)

Las fotos tienen ese aire de Cuarto Milenio pero si se amplían se ve el perfil de la isla de Mallorca (que está a 180 kilómetros en línea recta) desde Barcelona. 
Son fotos de esta mañana al amanecer. Mañana clarísima, la mejor del invierno, con un buen zoom hubieran quedado divinas. 







lunes, 21 de enero de 2013

CRÍTICA DE "SAFARIS INOLVIDABLES" EN CULTURAMAS (21/1/2013)












Crítica de "Safaris inolvidables" en Culturamas, a cargo de Juan Gómez Bárcena

Enlace aquí:

http://www.culturamas.es/blog/2013/01/21/paisajes-humanos/



Paisajes humanos



En 2009, Fernando Clemot (Barcelona, 1970) se alzó con el prestigioso Premio Setenil al mejor libro de relatos del año con su obra Estancos del Chiado (Paralelo Sur, 2009). Desde entonces, muchos lectores esperaban –esperábamos- con expectación su siguiente libro de cuentos, que no ha llegado hasta tres años más tarde. Por supuesto, en este tiempo Clemot no ha estado cruzado de brazos. Por ejemplo, se ha atrevido a hacer dos incursiones en la novela, con El golfo de los poetas (2009) y El libro de las maravillas (2011). Y tal y como hace apenas un par de meses acabamos de descubrir, este interregno ha servido también para que Fernando urdiera las espléndidas piezas de su libro Safaris inolvidables (Editorial Menoscuarto, 2012), su esperado regreso al género en el que ya se ha consolidado como uno de los mejores exponentes en nuestro país.
Lo primero que sorprende en el libro es su fuerte vocación unitaria. Es éste un ingrediente que tal vez Clemot ha adquirido en su paso por la novela, y que le ha permitido crear una colección cuyos textos pueden entenderse de forma autónoma y al mismo tiempo colaborar en un sentido global. A menudo, una historia que parecía concluida resurge varios relatos después, profundizando aún más en un personaje y dotando de un sentido más rico al conjunto de los textos. Así sucede por ejemplo con la historia de un marinero que es interrogado por su tripulación acerca de la muerte de su capitán o con la del hombre abandonado por su pareja que se evade del dolor de la pérdida a través de un viaje imaginario y metafórico; narraciones que se repiten en varios de los relatos y que se alternan en el libro como trenzas de una misma soga.
Pero la unidad no está sólo construida a partir de la repetición de personajes y tramas. Existe en todos los cuentos una atmósfera común, una cierta luz melancólica que baña la soledad y las obsesiones de los protagonistas, todos los cuales comparten el hecho de emprender un viaje solitario a través de la memoria; de paisajes que acaso sean tan sólo proyecciones de sí mismos. El comienzo del relato “La cartografía de Venus” tal vez sea el que mejor condensa esta idea: “Sigo pensando en un programa que pudiera cartografiar nuestros sentimientos (…) Un ingenio que pudiera recorrer nuestros valles y depresiones, las grietas y los torrentes de aluvión, que pudiera dar luz al último recoveco de nuestra personalidad. Ésta es mi singular quimera: levantar un plano de esa confusa maraña de conmociones que los ilusos y los clásicos llaman todavía alma”.
 A mi parecer éste es el propósito de los cuentos de Safaris inolvidables; un libro plagado de personajes que sobrevuelan la cartografía del mundo en busca de su propia identidad, siguiendo el rastro de los recuerdos y sentimientos sobre los que se fundan sus vidas. Paradójicamente, los paisajes en los que se demoran son casi siempre inhóspitos o inaccesibles, pero aún en su desolación –una isla desierta; las profundidades de un lago de Tanzania; la superficie calcinada de Venus- Fernando se las arregla para encontrar en ellos el sentido de la existencia de sus personajes. Algunos relatos están incluso ambientados en lo que Augé denominaría “no-lugares”, y nos demuestran que espacios impersonales como autopistas o vías de ferrocarril también pueden ser humanizados; que podemos sembrar en ellos recuerdos y afectos que los conviertan en parte de nosotros mismos. Una imagen que no me resisto a citar: el largo viaje en autobús a través de Brasil en “Flores del Sertón”, donde el conductor se niega a detener el autocar a pesar de la muerte repentina de uno de los pasajeros, y el resto de los viajeros oficia un improvisado funeral a lo largo del viaje.
Pero la mayoría de los cuentos transcurren en el no-lugar por antonomasia: el ciberespacio. En estos textos, los protagonistas no realizarán un viaje físico: se limitarán a sentarse frente a sus pantallas y usar “el programa”, una especie de Google Earth de gran sofisticación, con cuya ayuda vagabundearán por todos los rincones del globo en busca de los escenarios donde transcurrieron determinados momentos de sus vidas, o de lugares remotos que en ocasiones sirven incluso de símbolo de toda su existencia.
Así son estos safaris inolvidables a los que nos invita el autor; itinerarios imaginarios que nos revelan que todo auténtico viaje es ante todo un viaje mental. Clemot nos guiará en esta ruta con un lenguaje poético, clarividente, sensible a la belleza de los pequeños detalles; rumbo a una experiencia de la que regresaremos con una buena provisión de imágenes, tan vívidas que no parecerán salidas de las páginas de un libro. Un cargamento de esclavos negros, abandonado en la blancura de una isla desierta. El cuerpo desnudo de una mujer, temblando de frío a través del cristal esmerilado de una ventana. Y sobre todo, una mirada que no nos es ajena; la mirada melancólica de un hombre que, al igual que nosotros al leer Safaris inolvidables, trata de revivir en la ficción los viajes que nunca emprenderemos.






domingo, 20 de enero de 2013

RESEÑAS DE SAFARIS INOLVIDABLES EN BCN MES, LITERATURA ZURDA, DIARI LLOBREGAT Y EL BLOG DE VÍCTOR CHARNECO





BCN MES
http://www.bcnmes.com/columns/bloomsday-menu-018-literatura-barcelona/

BLOG DE VÍCTOR CHARNECO

http://blogvictorcharneco.blogspot.com.es/

LITERATURA ZURDA

http://blogdeliterazurda.blogspot.com.es/2013/01/safaris-inolvidables.html

RESEÑA EN DIARI LLOBREGAT 16/1/2013
POR DAVID ALIAGA
TEXTO COMPLETO EN 

http://www.elllobregat.com/noticia/6340/LHOSPITALET-/De-safari-por-la-memoria.html


De safari por la memoria
Fernando Clemot publica el libro de relatos Safaris inolvidables. Después de años participando en certámenes, el barcelonés irrumpió en el panorama narrativo con Estancos del Chiado que ganó el premio Setenil. Ahora regresa al género breve con un libro de madurez que ha de consagrarlo como uno de los mejores escritores españoles contemporáneos.

Tuvieron ojo clínico los miembros del jurado del certamen literario Ciutat de Viladecans que premiaron en 1999 y en 2002 a Fernando Clemot. Todavía faltaban siete años para que el escritor barcelonés publicase su primer libro, Estancos del Chiado, y fuese reconocido con una distinción nacional tan prestigiosa como el premio Setenil cuando lo distinguieron por segunda vez. Antes de que sus libros ocupasen los estantes de las librerías, el autor barcelonés anduvo arriba y abajo con sus textos, tratando de ganar algunos concursos locales que le permitiesen darse a conocer. En ese sentido, los dos galardones recibidos en Viladecans contribuyeron a impulsar su trayectoria dando ánimos a un autor invisible para el público y las editoriales que aspiraba a dejar de serlo. Ahora publica Safaris inolvidables, su segundo libro de relatos, en el que muestra una voz narrativa más madura que la que articulaba aquellos textos premiados en el Baix Llobregat.
El escenario del recorrido que nos plantea Fernando Clemot es la memoria. Los veinte cuentos que componen el volumen coinciden en ser historias rememoradas por su narrador. Son escenas que cualquiera de nosotros podría encontrar hurgando en su pasado y recordarlas en paralelo a estos Safaris inolvidables. Variarán los decorados, el nombre de los protagonistas, que en el texto de Clemot ella era rubia y en nuestros recuerdos la vemos morena, pero el tacto, el aroma y el sabor del amor, el desamor, la añoranza y las dudas serán los mismos. Si llevásemos a cabo el ejercicio de leerlos en voz alta, podríamos sorprendernos apropiándonos de los relatos, creyendo que no son del escritor sino nuestros.
La capacidad de empatía del autor es absoluta. Disecciona algunos de esos momentos que suceden en todas las vidas –rupturas, enamoramientos, deseos, nostalgias– huyendo de los tópicos y prestando atención a ese detalle que los hace particulares y que deja un sabor de boca intenso, de los que no se olvidan. No recuerda de la mujer que ya no lo ama unos ojos verdes como las esmeraldas sino que no ella detestaba sus piernas porque estaban salpicadas de venitas. No nos habla de los monumentos de la Lisboa en la que fue feliz, sino de los cuchitriles en los que durmió. No describe el Brasil de los carnavales y las playas, sino el de los autobuses sin aire acondicionado que atraviesan el país abarrotados de gente humilde. Clemot demuestra constantemente una habilidad extraordinaria para encontrar los elementos plásticos que hacen saltar los resortes de la emotividad.
Además, piezas como Cadaqués, Bazille y las derivadas del cuento, denotan un extenso bagaje cultural. De la misma manera que los relatos dan la impresión de ser un exorcismo emotivo de la voz narrativa, parece que un segundo propósito sea el de rescatar del olvido algunas figuras culturales. Es el caso del excelente Il fastello della mirra, en el que nos habla del poeta y fascista D’Annunzio y se pregunta si esa definición debe articularse así, “poeta y fascista” (con una conjunción copulativa que mantenga una cierta distancia entre ambas facetas) o “poeta fascista” (todo junto, sin separar un aspecto del otro). El exorcismo se vuelve intelectual.
Inteligencia y sentimientos a un lado, cabe destacar el estilo de Clemot. La suya es una prosa serena, fluida, bien hilvanada. Sin embargo, en ocasiones aumenta el caudal de palabras y se desborda en un párrafo sentencioso, casi bíblico, aunque vuelve pronto al manso cauce habitual. Dependiendo del lector, esos excursos teorizantes pueden reprochársele o apreciarse como el tuétano de su obra, como aquello que de verdad viene a decirnos. Aunque en mi opinión, sus textos serían más sugerentes sin ese párrafo en el que parece remangarse, mirar de frente al lector y decirle “te estoy hablando de tal cosa, por si no te estabas enterando”, es la opción que Clemot ha escogido, forma parte de su manera de escribir y está bien resuelta.
Es otra de las virtudes del barcelonés. Narra bien. Esto es, que la historia puede gustar o no, pero las frases fluyen una detrás de otra, con un ritmo harmónico y agradable que invita a seguirlas hasta el punto final sin hacerse pesado. Ahora que está tan de moda lo fragmentado, lo roto, el collage, los cuentos que nos ofrece este libro están escritos de una forma tradicional, sin experimentos sintácticos ni gramaticales, suenan actuales y funcionan a la perfección.
Y es que Fernando Clemot lleva ya unos cuantos años de safari por el panorama literario tirando contra presas pequeñas y medianas para afinar la puntería y ya le tocaba despachar a una grande. Cuando participaba en certámenes como el Ciutat de Viladecans disparaba contra pequeños animalillos que llevarse a la boca. Al cruzarse con Estancos del Chiado debió pensar que era hora de cargar contra algo con más carne, disparó y se llevó a la boca un filete sabroso. Con El golfo de los poetas y El libro de las maravillas quiso hacer presa animales de más envergadura. Y ahora cuelga en su salón la cabeza grande, fiera y melenuda de ese león literario que es Safaris inolvidables, una pieza de caza mayor.
Safaris inolvidables, escrito por Fernando Clemot y editado por Menoscuarto. Cuesta 16 euros.


martes, 15 de enero de 2013

PRESENTACIÓN DE "SAFARIS INOLVIDABLES" EN MADRID: VIERNES, 8 DE FEBRERO, EN LA LIBRERÍA TRES ROSAS AMARILLAS. A LAS OCHO DE LA TARDE.


Presentamos mi libro de cuentos "Safaris inolvidables" 

( Menoscuarto, 2012) en la librería Tres rosas amarillas (San 

Vicente Ferrer, 34. Madrid). Me acompañarán el editor de 

Menoscuarto, José Ángel Zapatero, y el crítico y director de 

la colección Reloj de arena Fernando Valls.

Un lugar y una compañía excelente. Os esperamos.



martes, 1 de enero de 2013

EL TRECE




     Nací el trece de junio de 1970 y, según mis padres, pasé con mi madre mis primeros días de vida en la habitación 1313, planta trece puerta trece, del Hospital del Valle Hebrón de Barcelona. El teléfono de mi casa tenía un trece y cuando me dieron mi primer DNI también había otro trece. Llevaba el trece cuando jugaba al baloncesto y siempre que aparecía este número, con mucha frecuencia, en la habitación del hotel, en los comedores, en clase o en cualquier sitio solían bromear conmigo.
     De niño siempre pensé que con una vida tan relacionada con ese número cuando llegara el año 2013 este sería mi año de la suerte. Me imaginaba viejo y feliz, rodeado de dicha al llegar esa fecha.
   La situación no pinta bien para nadie pero quiero ser positivo y pensar que puede que sea así, que mi intuición infantil será cierta y será un año bueno para todos.


PASEO DE AÑO NUEVO POR VALLVIDRERA